“Por naturaleza todos los hombres desean saber” (Aristóteles). Por eso, alcanzar el nivel superior en el conocimiento es un impulso constante en la historia de la humanidad. Esto explica que la Universidad –sede de los saberes superiores– sea hoy la institución civil más antigua de la civilización occidental. Que la Universidad continúe existiendo, a pesar de los profundos cambios sociales, políticos y culturales, se debe a su capacidad para mantener sus características básicas, dentro de las novedades que en cada época histórica han debido introducirse. En UNIR pensamos que esas características básicas que deben preservarse en la Universidad son:
- La Universidad, reúne activamente a profesores y estudiantes, que desean tanto generar y difundir los saberes, como aprenderlos. Esta conjunción explica que los profesores no pueden ser solamente investigadores: han de tener conciencia de su responsabilidad educativa integral y no meramente instructiva.
- La Universidad aspira a conseguir un saber verdadero, basado en la reflexión profunda y esforzada que busca la evidencia mediante el ejercicio crítico de la razón de personas adultas, al margen de modas ideológicas que excluyan la discusión razonada y razonable y que pretendan imponer grupos de opinión influyentes en cada época.
- La Universidad conjuga lo lejano con lo cercano. Por eso, atiende en su investigación y docencia a problemas básicos, teóricos y generales, en un trabajo aparentemente desconectado de su contexto próximo. Pero en su actividad colabora igualmente, activa y prácticamente, en la solución de los problemas del entorno en el que se mueve. Primero, mediante la formación de profesionales competentes, capaces de trabajar con actitud de servicio hacia el resto de las personas con las que conviven, en una constante persecución del bien común. A la vez, con la aplicación de sus innovaciones en investigación mediante la transferencia a las necesidades que presenta la sociedad en que se instala.
- La Universidad mantendrá siempre un ambiente de respeto y de cortesía académica, por encima de la discrepancia en las ideas: “El hombre es una cosa sagrada para el hombre” (Séneca). La dignidad del ser humano siempre será reconocida y promovida. Su respeto ha de ser el trasfondo permanente de todo el quehacer de la comunidad universitaria.
Además, UNIR, la universidad en internet, tiene como proyecto específico poner los recursos tecnológicos más avanzados al servicio de los estudios universitarios.
Se subrayan también en su actividad tres rasgos metodológicos. Primero, UNIR aspira a conseguir una enseñanza eficaz centrada individualmente en cada estudiante, adaptando el ritmo de su formación a sus circunstancias específicas. Esta aspiración, en segundo término, se traduce en que UNIR proporciona un tutor a cada estudiante, lo que evita los posibles problemas de anonimato o masificación. Por último, UNIR asegura el pleno compromiso del profesorado y del personal de gestión con el éxito de cada estudiante, que se embarca, a veces con notables sacrificios, en conseguir una formación universitaria.
